jueves, 7 de mayo de 2015

Me enamoré de un sacerdote





Entrar así a la "entrada" me supone una carcajada y un cambio de color en mis mejillas.  Yo que tanto defenestré a la Iglesia y a sus componentes, que no oyeron ni mis ruegos ni mis plegarias, que se burlaron de la cantidad de estampitas que guardaba en mis billeteras de niña adulta, que no quise saber nada de persignarme ante las cientos de iglesias que visite en mis travesías, a esa que se embanderaba con los colores de la anti-iglesia de repente se le cruza un sacerdote y se enamora de él.

Es que no todos los días se encuentra uno que diga que si no fuera cristiano sería budista, que habla de erotismo y encuentros sexuales en sus novelas (si escribe teniendo a Kundera entre sus páginas imposible no mencionarlos), que es amante de los relatos kafkianos con toda la oscuridad que implica meterse en ellos, un hombre que va en busca de la luz en medio de relatos oscuros... me suena...

Si las luces me encendieran la cara con cierta cantidad de maquillaje y un vestuario para la ocasión, así empezaría..."Me enamoré de un sacerdote".  Algún día volveré a la dramaturgia...hoy de momento he vuelto a escribir. 

D' ors...Ud. abre puertas, parece un juego de palabras, con lo que ellas me gustan, pero sí, así es, Ud. abre puertas... al menos las mías.  Su "Biografía del silencio" ha sido de esos libros que uno no quieren que acaben, aunque el propósito final del libro sea que uno lo deje y empiece a practicar, como diciendo: "basta ya, pongase a lo que se tiene que poner".  

Hoy ha caído en mis ojos "Contra la juventud" y comienzo otro idilio con sus palabras. Deje ya de enamorarme que esto es pecaminoso...

Amado mío:  gracias por ser.

(Foto del artículo en El Mundo: http://www.elmundo.es/cronica/2015/02/01/54ccd84f22601dca388b4575.html)

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