miércoles, 20 de junio de 2018

Volver... con la frente... con la mente florida...



El tango reza ..."20 años no es nada..."  pero para mí 10 años es mucho.  Han pasado casi exactamente 10 años que mi cuerpo no serpentea, se desliza, camina, baila y siente por las callecitas de Buenos Aires...que tienen un no se qué...  10 años, número redondo, número que alza las alarmas, número que hace que mis reservas de argentinidad se estén agotando...y con esos bailes extraños que da la  vida el día de la mujer con un mundo ideal que se me desvanecía de las manos, con grandes columnas de mujeres marchando por las calles de Madrid, con las emociones de flor de piel ... me veo comprando mi billete y el de mi hijo para VOLVER! Pero con la mente florida...  

Hace años, cuando me embriagaba de autores oscuros y escépticos, escuchaba a un cantante de mi tierra que rezaba... "Si ya estás en la azotea salta!" . En esos momentos esa imagen sólo me llevaba a la desilusión, a pensar que todo estaba perdido, que quizás pocas cosas valían la pena.  Fíjate cómo son las cosas, y con la plena convicción que cada uno interpreta TODO de una manera muy personal y según muchos factores como el momento que te rodea, las circunstancias, la cultura, la educación, esa frase había girado completamente su sentido y me encontraba una vez más "Saltando al vacío" y con la confianza que muchas redes de diferente tipo me iban a sostener.  Y ahí estaba yo comprando un billete sin siquiera saber cómo lo iba a hacer... 

Me movió mi deseo, mis ganas, mis ansias de volver, justamente en este momento que tanto lo necesitaba. Volver, a caminar por Buenos Aires, Volver a sentir todo lo que esa ciudad me dió y también me quitó, Volver con mi niño de la mano a mostrarle los rincones que acompañaron mi primer cuarto de siglo de aquel lado del océano, Volver a abrazar a familiares que aunque nos vamos distanciando con el tiempo están ahí cuando uno levanta la mano,  Volver a mirar al cielo y ver las estrellas del sur, Volver a la tierra de mi madre y abrazar hasta el infinito a mi Tio, Volver a cantar chacareras como lo hacían mi madre y mi tía en cada uno de sus encuentros, Volver a pisar algunos teatros que acompañaron toda mi adolescencia y mi primera juventud, muchos Volver, y Volver para trabajar en mi tierra de lo que tanto disfruto haciendo aquí en España que es ponerse frente a los grupos y dar mi humilde y pequeña cuota de bienestar a las personas.

10 años es mucho, 10 años de transformación, 10 años...  A volar hoy con la pequeña criatura que creo que será un gran compañero de viaje.  Agradecida a tod@s los que me motivaron a seguir adelante en esta travesía, a mis hermanas Caro y Ana,  a mi hermano del alma, a mi padre y a mi gran compañero al que sigo queriendo con todo mi ser.  Y gracias a mi valentía!  10 años... se ha acabado la espera.  Ahora a disfrutar!!

jueves, 14 de junio de 2018

Lo que me has hecho reír...






Hubo un día que apoyé mis piernas sobre la falda de un hombre y allí quedaron durante años, sostenidas en cada parte de su cuerpo.  Parecía que las piernas que me acompañaban iban perdiendo las fuerzas en los primeros años de mi vida madrileña , pero allí estuvo el gran hombre sosteniéndolas.  Un día no fueron sólo las piernas, se habían contagiado también los brazos, y el pecho, y la cabeza , y un codo y el otro también,  y los pulgares, y cada parte de mi ser.  Era como si el tiempo me había marcado un gran STOP y allí estaba yo con la gran tendencia a quedarme sujeta sobre el cuerpo del hombre.  Ahora que escribo esto y me visualizo con mis piernas "paralizadas" y el hombre de mar sosteniéndome es inevitable no verme reflejada en una sirena... tratando de nadar en una ciudad que se me presentaba enloquecida, caótica, frenética.  

Así nadamos un largo tiempo, entre tormentas, oleajes fuertes, bajasmares y pleamares.  Todo indicaba que él siempre me sostenía a mí, pero hoy en día que conozco un poco más el funcionamiento de las parejas también creo que yo lo sostenía a él.  

Los públicos que  nos presenciaban aplaudían esa fortaleza que mostrábamos como pareja, como dos seres que se habían amalgamado, con sus contrariedades, sus diferencias pero con la plena conciencia de que este mar lo queríamos atravesar juntos. 

Llegó el pequeño ser a nuestra vida y era la confirmación plena de ese amor, de colores diversos, a veces tirando a naranja, otros a verde, otros a amarillento para volver a esta rojo , rojo vida,  El pequeño ser nos traería el COMIENZO, ASIER.   Y así fue, la criaturita calmaba todas las contrariedades que encontrábamos en el camino, el nos hacía permanecer unidos, ya mis piernas no se apoyaban en el cuerpo del hombre, poco a poco habían comenzado a coger fuerza. Luego los brazos, también la cabeza, los dedos, las uñas, el pelo, hasta que un día me di cuenta que podía sostenerme sola, y eso también era gracias a que un largo período él me había sostenido. 
Todo cambió, yo ya no era la sirena en la ciudad frenética y enloquecida, y sentí lo bien que respondían mis piernas al andar por el nuevo camino que había elegido.

El gran hombre me dió TODO, y era hora que ese TODO también lo consiguiera por mi cuenta.  Sé que estaba preparada para ello, tan sólo se trataba de confiar y lanzarme a la nueva aventura que la vida me iba a traer.

Hoy mientras escuchaba las bellas cosas que nos decían dos profes sobre nuestro hijo me sentí UNA VEZ MAS agradecida hasta el infinito de haberte cruzado un día de febrero mientras cantabas carnaval y reíamos a más no poder.  Eres el gran hombre que a mi me ha hecho esta gran mujer y gran madre y no tengo más que palabras de agradecimiento.  Estos días recuerdo tanto lo que nos hemos reído, las cantidad de veces que como si de un mago se tratara transformabas mis lágrimas en sonrisas, de lo feliz que soy viéndote reír junto al pequeño ser.  

Gran hombre que has sostenido, ahora viaja más ligero sin la "cola de una sirena" que han cobrado formas de piernas...piernas que andan...piernas que practican...piernas que vuelan...y piernas que me sostienen.   

GRACIAS ... siempre GRACIAS