jueves, 30 de abril de 2020

Y el escenario se transformó...







  Hay una frase por ahí y por allí circulando que es muy cierta:  "Si quieres hacer reír a Dios, cuéntale tus planes".   Y entonces, me veo yo  ahí  (y tantas otras claro) creando mis planes para montar mis fines de cursos con esas personitas que me llenan de alegría dándoles clases.  Montaje para adult@s de aquí, para adult@s de alli, para niñ@s peques, para niñ@s mayores, adolescentes...pensando propuestas, pensando escenarios...y de repente..ZAS!! El escenario se desmonta completamente, se caen las bambalinas, se caen las estructuras, se desmontan los focos que caen como gotitas de agua, se desvanecen por los suelos, los suelos a su vez van mas y mas abajo, y finalmente cae el telón...pero no cae el telón porque la obra está finalizando , cae el telón porque la obra acaba de comenzar...Ese escenario destruido es el nuevo escenario... Venga...a montar otra vez...!!

Y ahí nos vemos los artistas...soñando por las noches sin poder dormir...pesadilla va, pesadilla viene... la ansiedad de no saber todavía muy bien qué es lo que pasa, cifras que dan escalofríos, hospitales desbordados, aplausos que a veces suenan "automáticos" y molesta, hasta a mí me molesta salir al balcón casi como si fuera una rutina impuesta, todos encerrados, sin ver la primavera como florece, todos con los rostros opacos, grises, las sonrisas se borraban... ¿Qué hacer?  ¿Cómo en este panorama desolador puedo  hacer teatro?  Cuando ya las salas están totalmente cerradas, sin tener ni la mínima idea de cuándo abrirán, si la gente no puede salir para nada, si dan ganas de echarse a la cama y pensar que en no salir hasta que todo esto acabe...

Los artistas comenzamos a cuchichear...a susurrar... a preguntarnos si podemos dar clases por las "redes", si la "Red" podía ser nuestra red de una "mediana" salvación... Y comenzamos a renacer... El escenario inicial , aquel de los proyectos, de las muestras de fin de curso seguía destruido, todavía no estábamos para la etapa de ponerlo en pie otra vez... Pero nace otro escenario.  Parecía casi imposible... ¿Como dar clases de teatro a través de una cámara?  ¿Como proponer una dinámica de contacto y escucha hablándole a una pantalla pequeña , mediana o grande?  ¿Como imaginar en casa sola los escenarios para las impros, para las escenas?   Y vamos probando, todos vamos aprendiendo el cómo...y lo vamos consiguiendo.  Del otro lado la gente al principio siente una gran alegría de ver a sus compañeros, de contarles como están unos y otros, de animar a los que están pasando momentos mas difíciles, de sonreír con aquellos que no pierden el humor a pesar de todo.  Los grupos comienzan a resurgir, hay quienes se quedan en el camino porque este nueva sala de trabajo se ve de una manera muy extraña, pero ahí están los entusiastas, los atrevidos, los arriesgados que a pesar de ver que estas clases no son lo que eran, si son las clases que nos hacen vibrar en el nuevo escenario. Y si tengo que hablar de vibrar empiezo por mí incluso. 

Mujeres que se descubren ante la cámara de una manera ingeniosa y divertida, hombre que rodeado de mujeres nos muestra esa fortaleza sensible que lo hace tan especial, mujeres sanitarias que son aplaudidas en cada clase porque son unas heroínas, mujer que nos embelesa con las lecturas traídas de países lejanos, niñas que entran en un grado de imaginación y locura tan bonito ante la cámara que cada día me inspiran para seguir adelante con este formato.... Los grupos renacen en otro escenario, más frío ...puede ser... pero un escenario que hoy nos permite seguir siendo nosotros mismos.  En el post anterior escribía sobre La Vida a Escena y de cómo muchas personitas siempre dicen que el teatro les permite ser ellas mismas.  El teatro en una situación tan pero tan compleja como la que estamos viviendo nos permite ser mas nosotros mismos, cuando es tan importante validar cada cosa que nos pasa, legitimar cada sentimiento que tenemos...en esta montaña rusa que nos está haciendo vivir este jodido virus.  El escenario se transforma... y yo hoy debo decir que me he transformado gracias a este nuevo escenario.   En muchas ocasiones emplee la metáfora de que el teatro es como observar por una rendija de la puerta, por un agujerito en la pared, que nos muestra las vidas que viven ahí dentro, y el ver y observar esas vidas nos identifica, nos hace reflexionar sobre la propia, sobre la de muchos y muchas que nos rodean.  Hoy ese ojo visor pegado a la tablet, al portátil, al móvil, se ha  convertido en ese agujero en la pared... y allí nos metemos...  A ver y observar, a sentir, a experimentar, a bailar, a expresar nuestra rabia, nuestros miedos, nuestras alegrías, nuestras conquistas. 

Y ahí estamos...como el junco...que se flexibiliza ante los cambios para no romperse.  En este momento de la historia una vez más se nos invita a reflexionar que ninguna estructura hay que darla por hecha, que TODO CAMBIA (como canta la Negra Sosa tan bonito), que la frase de "Es que es imposible...."   Nada es imposible... Está en nosotros adaptarnos a lo que viene, hoy es Teatro on line...mañana no sé.  Y como el teatro es AQUÍ Y AHORA , cada vez más en el AQUÍ Y AHORA.